jueves, 21 de octubre de 2010

LA REVELACIÓN (Carta a Tongoy)

Querido odiado: 

Debes estar bromeando. 
http://lamedicinadetongoy.blogspot.com/2010/10/la-confesion.html 

¿Pretendes hacer(me) creer que no existo? ¿Me estás diciendo que soy obra y arte tuya exclusivamente, que mis dedos no son tales ni he parido cada entrada de este blog? ¿Me conviertes en un mero instrumento literario por el simple placer de hacerlo? ¿Soy la miserable pieza de un engranaje en una maquinaria que tiene la lastimera función de escribir ficciones adulteradas con ínfulas de literalidad sobre los libros de otros? No! 
Tu blog, Tongoy, canalla, está poblado de entradas que ocultan una manifiesta incapacidad para construir tus propias historias y si esperas llenar conmigo un vacío existencial o un pasado pobre en anécdotas te has equivocado de pleno. Mis recuerdos no son los de Tongoy; mis historias no serán nunca tuyas ni tuyas serán mis hermanas ni las cartas que mi madre escribió religiosamente durante mis casi cuarenta años y que destinaba a mi buzón, no al tuyo, que malvive sumido en un persistente vacio. Has elegido crearme triste y depresivo. Me has conducido al suicidio. Me he visto arrastrado a explorar el abismo mirando sin ver con mis propios ojos como preparabas epitafio tras epitafio, como reescribías mi muerte, dejándome sólo unas veces o acompañándome cuando eso te hacía feliz para dejarme finalmente morir en un arrabal de Toledo. Me querías muerto y me mataste. Por un libro. Por un maldito libro del que no salvas nada más que la estructura y cierto presuntuoso ensayo final. 
Pero no será este mi final. No así. Me rebelo. Me niego a morir. Esta Oblomovka no caerá fácilmente; no se rendirá al primer envite. ¿Quieres que hablemos de Carrión y su novela? Hablemos: me proclamo desde este mismo instante la voz de la segunda parte, la falsa segunda temporada y su ensayo final. Creaste un Oblómov y tendrás un Oblómov aunque no quieras. Me independizo de ti. Me niego a perder mi pasado para tu satisfacción personal. Llena tu ego de algo que no sea mi muerte mientras lleno yo mi espacio, mi Oblomovka Herida, de mis propias historias. 
Me hago hoy independiente de ti y de tus miserias. 
Libre, al fin, de tus limitaciones. 

Atentamente
Oblomov Varese







7 comentarios:

  1. Los Muertos, Oblómov, querido, no deben hacer estas cosas. No seas "fantasma"; no va con tu estilo.

    ResponderEliminar
  2. Ey, Oblomov, no te enfades, vente pa'Andaluzía, tío, que aquí semos pobres pero honraos, y además entoavía hase caló y las tías van medio en pelotas por la calle. Vente pacá, colega, y nos ponemos hasta las orejas de pastillas y no cepillamos a unas cuantas gordas extranjeras.

    Anda, sosio.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo21/10/10

    Qué mal se toman algunos esto de morir!!!! venga, tú, petardo, muérete ya, que cada vez que hago clic con mi ratón no sé a quién 'oño' me voy a encontar..se me está desdoblando en cerebro en tantas partes como personalidades tiene el ingenioso 'querido odiado'
    Y si, lo reconozco, la carta anónima incitándote al suicidio la escribí YO!!!

    ResponderEliminar
  4. Anónimo22/10/10

    A la buena hora: "Si el hombre no hablara no habría insectos". Ese criminal homónimo, que oculta a duras penas la mano que lo incita no conseguirá confundir las huellas. Desde el principio se percibía una hostilidad secreta, un conflicto subterráneo; unos silencios explosivos minaban los cimientos del alcazar toledado, pero Oblomov no dormía, acostado sí estaba, apretando la oreja contra el colchón de muelles podia escuchar amplificados los telegramas de la conjuración. Eso le dió un margen de tiempo para preparar su fuga, no iba a dejarse defenestrar en Toledo, pero era imposible llevar consigo los documentos, en Castroforte del Baralla no lo recibirían con ellos, sabedores como son del riesgo de ensimismamiento entre las brumas del Baralla y el Mendo; arrojarlos a la sima del Destino imposible, Oblomov no podía ni pensar en ello, detestaba las gestas alpinas, eso era algo que nunca le podría perdonar a Hanibal, así pues no le quedó más remedio que abandonarlos a merced del perdonavidas que lo atosigaba.

    Esperando haber resuelto sus dudas adjuntamos factura

    Atentamente: Miss Marple & Ovejanegra
    investigaciones

    ResponderEliminar
  5. Muy buenas.

    Gracias, a casi todos, por el recibimiento. Disculpad mi silencio pues estaba enmudecido (que no enmucetado) por las circunstancias, por el Hecho: éste adverso: pero libre ya, aunque algo ectoplasmático todavía, en espera de acontecimiento largamente demorados y sin visos de acabar. Por el amor de dios, Tongoy, basta ya.

    Pero no ha sido en vano: he aprovechado esta ausencia para viajar: visitar cementerios y asistir a funerales, pero no los mios; no todavía; aunque prometo no perdérmelos, no como estos, que sí me los perdí.

    Transcribo en estos momentos un relato de los extraños acontecimientos en los que me vi implicado sin buscarlo (aunque queriendo) durante estas últimas semanas. Un viaje plagado de muertos y epitafios y donde el azar acabó siendo norma. Un viaje que empezo con el robo de una maleta, pero no la mia.

    ResponderEliminar
  6. Libre ya de los efectos de la medicina de Tongoy ¿Te nos revelarás distinto?

    ResponderEliminar
  7. Soy como soy. Como he sido siempre. He tratado de ser muchas cosas, muchas personas, a lo largo de mi vida, y a pesar de todo, de mis esfuerzos y los de otros, he acabado, inevitablemente, aquí. Ahora. Así.

    Soy Oblómov Varese. No Tongoy. No Bolmangani. No. Sólo Oblómov.

    Hay cosas que decir todavía, antes de seguir mi camino. Y serán dichas pronto. Muy pronto. Y no sólo yo. Y ya, después, libre al fin.

    ResponderEliminar