miércoles, 18 de agosto de 2010

CANSADO DE ESTAR MUERTO

Ivan Goncharov.jpg



La siguiente carta es un extracto de otra que Iván Goncharov escribió a Nikolái Rubinstein con motivo de la publicación en 1858 de Oblomov, la que sería su obra más importante y en la que le confesaba los orígenes de la novela y lo que perseguía con ella. La traducción es completamente libre y no goza de la calidad que merece puesto que fue traducida a partir de la fotografía hecha con un móvil de baja resolución por un conocido mío, estudiante de ruso, durante un visita al Palacio de Stroganov, uno de los cuatro palacios que conforman el Museo Estatal Ruso, ubicado en el centro histórico de San Petersburgo, lugar donde se conservan esta y otras cartas manuscritas que Goncharov dirigió a su editor y a varios amigos, algunos de ellos, como en este caso, importantes artistas de la época.



“Estimado Nikolái, 
Dmitri (1) me ha convencido de lo inconveniente que puede resultar publicar mi obra sin hacer las oportunas correcciones pero si no lo hago no podré hacer frente a las deudas que he contraído durante estos años que he pasado escribiendo la novela y que me reclaman insistentemente. Sabes tan bien como yo lo mucho que me ha costado llevar a buen puerto la novela, cómo yo mismo caí en la trampa mortal de mi protagonista, ese canalla de Oblomov, y en la desidia, la oblomovshchina que arrastro desde hace años. 
[…] 
Esta obra nace para arrancarme las piernas, que tengo pegadas al suelo, para arrastrarme fuera de esa pesadilla que fui yo mismo y me desvela pensar que las correcciones que Dmitri me sugiere, aunque acertadas, me hundan nuevamente en el fango del que en esta ocasión sé a ciencia cierta que no saldré.” 


Esta interesante carta viene a mostrar que Goncharov se inspiró en sí mismo a la hora de construir la novela y que fue probablemente la escritura lo que lo salvó. No sería descabellado pensar que ese Nikolái al que se dirige pueda tener también su reflejo en el personaje de Shtolz, la antítesis de Oblomov, un amigo de la infancia, de carácter afable y con una ajetreada vida, que dedica sus escasos ratos libres a tratar de sacar al protagonista de su desidia. Se encuentran también en estas líneas justificación a las numerosas revisiones y retoques que sufrió la novela hasta alcanzar la versión definitiva diez años después.

Así como Oblomov tuvo su Shtolz y Goncharov su Nikolái, tengo yo a un amigo que a fuerza de insistir, de robar minutos a su ajetreada vida a logrado desperezarme y me ha animado a inaugurar este blog que es desde hoy tan suyo como mío. 



Quizá me he cansado de estar muerto.








(1) Supuestamente se refiere a Dmitri Vasílevich Grigoróvich (1822-1899) que fue una figura destacada entre los intelectuales que por entonces vivían en San Petersburgo. En “Memorias literarias” descubre cómo vivían y trabajaban los grandes genios de la literatura rusa. Aunque no hay documentación que lo atestigüe se cree que colaboró en una importante editorial época.

2 comentarios:

  1. Mi mas sincera enhorabuena por la apertura del blog. Lo poco que te conozco me hace pensar que puedes aportar grandes cosas.

    Me ha parecido interesantísimo esta entrada por muchas razones: porque las has vinculado magistralmente con la de mi blog (gracias por esto) y porque saca a luz esas pequeñas anécdotas que enriquecen tanto las novelas.

    Te lo dije en privado y lo repito ahora: prometo leer "Oblomov" (la novela) pero no me atrevo a darte una fecha todavía.

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  2. Hola, a mi tambien me parece de lo mas interesante la idea de este blog, así que me apunto a seguirte.

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